Hoy me quedé verdaderamente pasmada. Verán, la tercera de los lunes tenemos tutoría con Catalano (no importa cuánto lo trate, ella es Catalano, no Sbarra xD) y nos hizo unas preguntas, de esas que hacen todos los años sobre lo que te gusta, tu tiempo libre, etc. Y la tercera es la que me dejó desconcertada; preguntaba qué es la felicidad.
Me asombró no conocer una respuesta específica. Me sorprendió el hecho de no saber qué es exactamente la felicidad, y lo que me resultó más curioso aún fue el darme cuenta que, a pesar de no saberlo, la puedo sentir. Yo sé que soy feliz.
El concepto puede ser tan amplio y a la vez tan reducido dependiendo de la persona. Por eso la felicidad es subjetiva, cada uno debe sentirla y vivirla a su propio modo. No existe una receta mágica que la asegure, tenemos que hacerla. Somos nosotros quienes decidimos esos ingredientes, los que buscamos la mejor forma de combinarlos. Nadie puede elegirlos en nuestro lugar. Quizás unos piensan que ciertas cosas son esenciales, mientras que en otras “fórmulas” son insignificantes.
Ningún ser humano duda que la felicidad esté ligada al amor. Es imposible y totalmente absurdo pretender vivir sin relacionarse con nadie, sin sentir afecto por otra persona. No sería más que una vivencia carente de demasiadas cosas que nunca llevaría al bienestar. Pero, para querer a alguien, primero hay que amarnos a nosotros mismos: ese es el punto de partida. En paralelo a esto, debo admitir que si bien lo material no es lo primordial, hace falta en cierta medida para permitirnos esos gustos que se nos antojan y son necesarios; sin la platita, la nena no puede comprarse la barbie que le gusta, el pibe el autito que lo vuelve loco, la adolescente no podría pagarse las lecciones de canto, etc. ¿Quién no es feliz de tener la disponibilidad para hacer lo que más le gusta? Ahí es cuando llegamos a la frase “El dinero no compra la felicidad (pero te ayuda bastante)” y nos topamos con la permanente contradicción que surge a raíz de esto.
Volviendo a esta mañana, las mejores palabras que encontré para responder a tal difícil pregunta fueron las siguientes: “creo que implica amar y ser amado; disfrutar de los momentos que se nos conceden, tanto personales como acompañados; encontrar plena paz interior, lo que nos lleva a querer, valorar, respetar nuestra persona; atesorar y agradecer por la salud que tienen nuestros cuerpos, la energía que emanan. Nunca privarnos de nada que nos guste y nos haga bien. Disfrutar del estar vivo”.
ALCANZEMOS NUESTRA FELICIDAD!!
VIVA LA VIDA AGAIN
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