El tiempo nunca influye en el sentimiento

miércoles, 31 de octubre de 2012

Días que no cuentan

Era uno de esos días en los que ni los chorros ejercen su profesión. Llovía a cántaros, las calles se inundaban y un mal cálculo al momento de saltar decidió que su pie se hundiera hasta el tobillo. Viento, no mucho, pero el suficiente para que su paraguas quedara con los filamentos invertidos. Humedad, mucha, más que suficiente para sentirse ahogada. Había tenido una mañana aburrida, vacía, carente de sentido; asistió al colegio, por cuestión de faltas de más decir, y cuando llegó a su casa, empapada y entre puteadas, se arrepintió de haberse levantado, de haber creído que un día así podría llegar a ser bueno.

martes, 7 de agosto de 2012

Nadie tiene el derecho a decirte que sos incapaz de algo; ni siquiera vos mismo

 Considerando el gran esfuerzo que hicieron mis viejos, no puedo creer lo que estoy sintiendo. Es decir, desde el primer recuerdo que tengo hasta estos precisos momentos complicados, siempre me dijeron y sostuvieron lo mismo: "vos podés". Paradójicamente, me olvido constantemente de su motto. Sé que en algún punto nos pasa a todos, pero a mi se me plantó esta maldita semilla en una etapa crucial en la vida. La semilla metida bien adentro germinó, se hizo grande, dio un giro por aquí y otro por allá; terminó envolviéndome completamente, de manera que no se me ve ni un pelo.
No sé en qué punto pasó, cómo de repente me siento un manojo de inseguridad, una tonta, una débil; no sé en qué momento me corté las alas con las que nos sentimos capacez de cualquier cosa al ser niños; no sé cuando fue que me puse límites a mí misma.
El dilema existencial: qué estudiar. Ya, basta por favor. Di tantas vueltas como una calesita durante ¿cuanto? ¿2 años casi? Estoy podrida de escucharme dudar, callenme de una vez; prometo silenciar mi voz interior también. Medicina creo que fue la primer idea que se me vino a la cabeza, y si permanece ahí es por algo ¿no? ¿Qué me detiene? ¿Por qué no puedo tirarme a la pileta, como bien se dice, y dejar de torturarme?
Pero simplemente no puedo. Cuando estoy por saltar, algo me tira desde atrás. Y si bien estoy cansada y harta de dudar, también lo estoy de decirlo, y nunca dejar de dudar. Ciclo sin fin: se que tengo que confiar, y no lo hago.
No me gusta hablar de psicología o filosofía, no me gusta analizar y pensar, reflexionar sobre nuestra existencia: solo me gusta vivir smoothly sin preguntarme o cuestionarme nada. Suena patético y demasiado superficial de alguna forma, pero es así. Un ser bastante plano supongo. Pero últimamente estuve pensando que mi gran estancamiento se debe, en parte, a mis pocas ganas de crecer. ¿Soy la única a la que no le interesa? ¿Soy la única que no se entusiasma hablando del futuro que está a punto de elegir?

Espero poder ir a una jornada abierta de alguna facultad sobre medicina. Porque, la verdad, es tiempo de "ocuparse" y no de "preocuparse". Espero poder corregir este ser tan jeropa que soy, y sobre todo poder confiar en lo que soy. Hacer realidad el yo puedo de una vez por todas, y dejar de lado todos los no sé y constantes negaciones en las que caigo. 

QUIERO SABER QUE VA A SER DE MIIIIII

jueves, 12 de julio de 2012

Por escribir algo no más

Bueno, lo que estoy por decir no va a tener sentido para nadie a menos que tenga un blog, por lo que voy a explicar qué sucedió.
Yo entro, después de (abril, mayo, jun...,) casi 4 meses, a este blog mío, a comentar de lo inmutable que es mi vida a través del tiempo, y me encuentro con este nuevo diseño de blogger. Que, como sucede siempre que tienen que innovar, buscan hacerlo mejor, y la cagan. Efectivamente, la cagan. De manera que volver a encontrarme en esta página me llevó cierto proceso de asimilación: primero decir ¿dafuq?; segundo, putear mientras inspeccionás lo nuevo, y finalmente escribir. No es la gran cosa, pero me irrita, me irrita mucho cuando pasa eso.

viernes, 6 de abril de 2012

Y una vez más, la tormenta de ayer demuestra que no importa cúan resistente sea la muralla que levante el hombre, si la madre naturaleza quiere se pudre todo.

Sentí que estaba en una escena apocalíptica, de esas que abundan en las películas de hoy. De esa noche nos vamos a acordar mucho tiempo, puede que para siempre si es la peor que llegamos a vivir. 
Yo estaba en la casa de gonza, y sobre el sonido de la guitarra nos llegaban a través de ventanas y paredes el ruido de truenos o relámpagos -honestamente nunca me molesté en saber la diferencia-. Parecía la típica tormentita pero no, ya estabamos a oscuras. Celulares en mano salimos a la calle y vimos bajo la lluvia que jodía la visión el grado de destrucción que había alcanzado para entonces. Monstruoso. Nunca ví algo parecido. Hacia la derecha vimos una pelopincho que aterrizó en la vereda, enfrente medio en diagonal un techo de chapa que cayó arriba de un auto, a la izquierda la baranda de madera del vecino colgaba libremente.. Cables desparramados por la calle, ramas o árboles enteros quizás cubrían buena porción del asfalto. 
Mi casa quedó intacta, que raro que la maceta que se da vuelta hasta cuando la soplás resistió. Pero en la seguridad del hogar, me vino una imagen a la cabeza. Me acordé de ese pobre tipo que se refugia en el laverap que cerró en emilio castro y guaminí. ¿Donde estará? ¿Qué harán las personas que viven como él, bajo un techito de dos metros? Y rezé. Pero no un ave maría, ni un padre nuestro ni nada por el estilo -me parece que esas palabras estan perdiendo efecto-, fue raro. Me dieron ganas de ir corriendo y abrirle las puertas de mi casa, y puede que terminaría mal algo así pero en ese momento sentí que hubiera sido lo correcto. Siempre que paso por al lado del tipo me planteo esa idea loca, en la que todos "adoptamos" a un vagabundo y de pronto me imagino viviendo con una persona de la cual no sé nada. Flashero.

lunes, 12 de marzo de 2012

Saturday night fever

Me copa muchísimo la canción y los pasos

viernes, 2 de marzo de 2012

Como el sol cuando amanece yo soy libre ~

Hoy estaba pensando que uno tiende a ver sus defectos y esta bueno toda la reflexión y bla bla bla superación para ser mejor persona (? ¿Pero porqué limitarse a corregirse solamente? ¿Por qué no destacar los puntos buenos también? Uno tiene que estar orgulloso de cómo es, de las cosas buenas que le enseñaron y forman parte de su ser. Vamos, piensen en algo, y sientanse felices de ello aunque sea una pequeñez!!
Por ejemplo, una de las cosas que me gustan de mí -la única que se me ocurre en este momento- es mi respeto y aceptación por los gustos de otras personas. Capaz alguien me muestra algo que le fascina y a mí claramente no, pero doy mi opinión tranquila -bueno, puede que alguna que otra vez no tanto- o simplemente me callo y lo dejo vivir en paz con lo que quiere.  Suena tonto, pero me doy cuenta que mucha gente basurea los gustos de los demás y eso me revienta porque no entiendo, de verdad que no entiendo, ese feeling de ser capaz de juzgar al otro, de decir esto "está bien y esto no". Porque como bien se dice, cada uno hace de su culo lo que quiere así que déjense de romper las pelotas. Seguro que estas cosas me alteran tanto porque a mi me pasa de vez en cuando y me pasaba mucho más antes. A mi siempre me daba cosita decir me encanta el anime/manga porque sabía, tenía la certeza, de que me iban a joder, que me iban a decir boluda y cosas como madurá, o me iban a poner caras raras y demás. Y no me equivocaba. Pero como así están los tarados que dicen cualquier verdura viendo lo que hace el otro en vez de sí mismos está la gente que piensa como yo. Así que a la mierda todo, sean felices y libres, y sobre todo no escuchen estupideces. Con todo esto y demás debo admitir que cuando Sol me dijo que le gustan esas sandalias que están de moda, con dos ganchos, plataforma gigante y colores que jamás usaría, no pude evitar gritarle "SON ASQUEROSAS".

martes, 28 de febrero de 2012

Lo peor es que me la había bajado ayer, AYER

Me maldigo. Me maldigo por todas y cada una de las veces que no escucho lo que dicta la voz de la razón y en la mayoría de las oportunidades, una leve intuición. ¿Acaso es un acto de rebeldía contra mi misma, una conspiración contra mi propio orden? Por las barbas de merlín, porqué ignorar lo que bien dentro mío sé que es mejor, porqué hacer todo lo opuesto. Me siento traicionada, por mí misma, la más molesta de las traiciones. Porque después, ella, la que te dijo qué hacer, te dice en tono burlón "te lo dije" acompañado de una risita sarcástica. Y como uno no puede escapar de su cabeza hasta no encontrar otra cosa con la que entretenerse, el tortuoso monólogo perdura cierto tiempo.
Yo sabía o al menos ella lo sabía. La primera impresión que tuvo fue "no hay que mirarla, a ver si después te saca las ganas de leer el libro". Pero impulsada por la ansiedad y curiosidad que tan bien me caracterizan -y es por esto que no me gustan las sorpresas-, mandé el pensamiento al fondo de todo, y me dispuse a verla. Sí, hoy pasaban la película de 1939 basada en la novéla homónima "Gone with the wind", por telefé. Peliculón, sí. Pero cuando empezaron los créditos -y no me di cuenta hasta varios segundos después- noté en mi cara una "mueca" rara: una de esas que pasan muy a menudo en las películas pero que no recuerdo haberla hecho muchas veces, una de esas que en tu rostro se lee claramente la frase "QUE CARAJO" que se acentúa en tu boca con forma de O y el ceño muy fruncido. Y como pasa cuando uno esta acelerado, 3 pensamientos transcurrían por mi mente simultáneamente. Lo primero que observé, fue mi desilución. Es que, mierda, uno se llega a quejar de los finales "y vivieron felices para siempre" pero cuando no los tiene, se queja de igual forma. El final demasiado feliz te da asco porque le da ese toque totalmente irreal a la vida y uno no puede evitar decir "esto es imposible". Y los finales tristes, mierda, son peores; porque extraño los pajaritos cantando y volando para posarse en las ramas de un árbol justo arriba de los protagonistas felices con sonrisas de oreja a oreja. El balance entre miseria y felicidad es lo que resulta en un buen final. En segundo lugar, mi admiración por esos vestidos. ¡Qué épocas, llenas de tanta grandeza! ¡Pero qué infierno también, asique viva la libertad de estos días! Y por último, más que un pensamiento una plegaria, "Dios, dame fuerza para terminar este libro".

viernes, 24 de febrero de 2012

I need somebody HELP

Por primera vez quiero que el verano termine. Quiero que bajé el telón y aparezcan las palabras "The end" como sucedía cuando terminaban las caricaturas, con la diferencia que este final me alegraría.
No quiero que me malinterpreten. No quiero que la gente del exterior piense que la paso mal, que estoy en prisión o algo parecido. Esta muy alejado de serlo. Acá se presenta una situación muy simple: estoy las 24 horas de todos estos días, desde el 24 de diciembre hasta el presente momento, con mi familia y la única persona que veo y con la que no comparto lazos sanguíneos es Mercedes, la queli en mi casa.
Es raro describir esto. Cualquier persona que me conoce sabe perfectamente que tengo una excelente relación con mi familia y que disfruto mucho del tiempo que paso con ellos. Pero son las únicas personas que veo desde que me levanto hasta que me acuesto, así que es una cuestión de sentido común entender que no lo soporto más. Quiero ver a mis amigos, quiero participar de esas publicaciones de facebook en las que organizan cosas, quiero salir a la calle, conocer nuevos lugares, hasta vagabundear por ahí como solía hacer... todo parece tan lejano ahora. Lo único que me queda de esos maravillosos días, que antes eran tan comunes y con los que ahora solo llego a soñar, son recuerdos. Recuerdos que con la distancia del tiempo en la memoria parece que necesito de un telescopio para verlos, para recrearlos, para, como dije, simplemente llegar a soñar que vuelvo, que salgo, que puteo, que hablo de mis vicios, que digo comentarios que solo ellas/os entienden a lo que me refiero. Lo extraño, lo extraño tanto. Nunca creí que iba a ser tan duro no tenerlos cerca este verano. Por eso es que las dos veces que pude ver a Agustina, la comprimí en un abrazo muy fuerte, como si esa intensidad me ayudara a decir "Dios, es de carne y hueso, esta acá al lado mío, la puedo abrazar, puedo pegarle, puede sacarme esas carcajadas que solo salen con amigos. Señor, gracias". 
Pero esto me molesta. Me siento medio basura, es como si me conciencia me gritara "Shame on you". La estoy pasando tan bien a pesar de sacrificar el contacto humano. Como en todo verano me acuesto a cualquier hora y llego a saludar al sol antes de dormir, o en extrañas ocasiones me levanto temprano y desayuno con sus débiles rayos de recién despierto al igual que yo. Miro y me pierdo en una paleta de verdes. Cuando un paisaje hermoso se extiende ante sus ojos, uno no sabe qué mira exactamente, no tiene un punto fijo, no se detiene en los detalles, sólo ve el todo que forman esas partes. Y se puede quedar así por largo rato, al menos a mi me pasa, porque no es sólo lo visual. De pronto, se escucha un coro de pájaros a lo lejos y uno de cigarras más cerca, el aroma de las plantas llega a vos y la suave brisa que a veces levanta un poco del rocío de la mañana refresca tu piel. Y son esos momentos que te llenan de alegría, en los que tu voz se muere por gritar "estoy vivo" y tu cuerpo por bailar, o al menos moverse. Lo reconosco, soy una amante de esta vida y de la felicidad, que rosa los límites de la fantasía y la idealización. Y toda esa inspiración es la que me alienta a caminar dos horas por la colectora de panamericana y meterme por sus calles, ir a la piscina de 33 metros del club y hacer tantos largos como pueda, pedalear a las 12 de la noche despidiendo un día y recibiendo otro o tomar una siesta a la sombra de los pinos para al despertarme estar a un paso de la pileta. También están las salidas con la familia, los viernes de sushi, el super libro que me compré y disfruto tanto, las largas noches en que me quedo leyendo un manga y chateando con mi buen amigo gonza, la paz y tranquilidad de estar acá sin preocupaciones. Sí, con todo esto y más aún que no me acuerdo, me da pena no ver a nadie. Me quejo un poco de la falta de contacto, pero estoy segura que cuando empiecen las clases voy a extrañar estar acá y todas las maravillas que solo están acá.

viernes, 17 de febrero de 2012