Esto surge, no sólo junto a la idea de Agus, sino también con mi aburrimiento. ¿De qué? De siempre dibujar en un papel, de esa eterna monotonía, del no poder avanzar, progresar, del estar estancada. Sí, me encanta la facilidad con la que se puede trazar y borrar, para volver a trazar y esperar que salga mejor, pero esa misma simplicidad con la que se puede hacer resulta irritante. Y muy pocas veces siento esto, esta necesidad de probar algo más difícil, del ir por más. Quiero complicármela, quiero buscarle la vuelta para que salga y no dejar de probar hasta que sea como yo deseo, tan lindo y perfecto como lo proyecta mi imaginación. Porque si hay algo muy frustrante, y que no sólo pasa al momento de dibujar, es que la cosa que quieras no termine siendo como vos pretendes, como la idea que tenías instalada en tu cabeza. ¡Qué bronca cuando pasa!
Bueno, la cuestión es que hoy fui a averiguar a “El Atelier” que queda en Cañada de Gómez, lugar donde solía ir a aprender mi madre y donde según ella, enseñan excelente. Hay muchísimos cursos para hacer, es más, cuando la señora me abrió la puerta tras tocar timbre, me sorprendió ver la increíble cantidad de cuadros, estatuas, yesos, etc que me dificultaban el paso -y como siempre me pasa en lugares abarrotados de cosas así, tan delicadas y frágiles, yo me siento Godzilla en el medio de la ciudad, destruyendo todo a su paso K- Parecía un nene esperando a Papa Noel, con esa ilusión que creamos con nuestro deseo, re ansiosa de saber que tenía que comprar para la primer clase. Y creo que lo que sucedió después está perfectamente representado por la típica escena de película yankee: pibes jugando a batear, uno le pega con todo y hace ##### el vidrio del vecino. Los papeles de cada uno: la teacher, el bateador y mi preciosa ilusión, el vidrio que destroza. “Los cursos están llenos” (tienen una larga mesa de trabajo, a eso se refería supongo). Mi decepción estaría impresa en mi cara, porque medio de lástima me dijo “solo me quedaría jueves por la noche y viernes por la tarde”. Y ahí es cuando puteo a los días por ser tan cortos, porque los jueves a la evening tengo inglés y el viernes tengo las dos danzas. Así que mi cerebro no dejaba de susurrar “fuck, fuck, fuck…” mientras me despedía de la amable señora y los cursos repletos. Pero es como me dijo mi mamá al subir al auto después de contarle lo arriba detallado: “vos también hija, tenés más horarios que la presidenta de la nación”. Y es la pura verdad: horarios horribles con el colegio, dos danzas dos veces por semana cada una, dos clases de inglés semanales también, y ahora se sumo de vez en cuando una hora de confirmación. Sería demasiada suerte que todo encajara como un puzle. Es cómico, me encanta tener mucha carga horaria para después quejarme del estar tan cansada, del poco tiempo para estudiar –WTF? O.o -, del poco tiempo para salir con amigas, menos tiempo para empezar otras actividades. Pero bueno, si no se da ahora, se dará más adelante, cuestión de esperar. Si no pierdo las ganas, en algún futuro indefinido –ojalá esté lo más cerca posible- podré hacerlo.
Soy así de activa no hay nada que hacerle. Literalmente, no puedo tener el culo quieto. Me encanta moverme, estar a cuarenta manos, ir de acá para allá, corriendo o volando para llegar a hacer todo lo que quiero y siento me hace bien, me hace feliz. Y aún poder aprovechar los pequeños ratos libres y fines de semana para salir con la gente que quiero. Por eso, ténganme paciencia, perdónenme por no poder coordinar bien horarios para trabajos o salidas, todo es culpa de los días cortos (¿?)
La verdad que deberían ser mas largos los días :/
ResponderEliminarjajajajaja. Se que te tiene frustada el dibujo, pero es tan lindo! me encanta, esta genial.
Yo tambien me vuelvo loca con los horarios u_u Es IMPOSIBLE para mi, salir un dia de semana sin que se me destartale toda la timetable :/ Por eso dejo los fines de semana libres xd Es asi Mili, los dias tendrian que tener 72 hs. 10 para dormir, como dice Agus xd
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