El tiempo nunca influye en el sentimiento

lunes, 30 de mayo de 2011

El maldito círculo de la vida ¿no?

Estaba viendo por feisbuk las fotos de la hermana de una amiga, que me acuerdo cuando estaba en primaria siempre me saludaba y yo la levantaba por los aires y besaba como si fuera una juguete. Ahora la nena creció.
El hijo de una muy amiga de mi mamá, también era un nene hasta hace poco. Ahora creció, yo lo conosco desde que nació y es fuerte ver lo rápido que se desarrolla.
Cuando estoy por los recreos, veo más grande a la pequeña demonio llamada Rocio que antes de entrar en secundaria, no hacía otra cosa que fastidiar nuestros recreos de 20 minutos.

Todo esto me hace sentir una vieja. Sí, una vieja con 16 años no más. Es que el avance de estos mocosos me marca una vez más el paso del tiempo. Y ahora entiendo porqué las tias y abuelas cuando me veían hace un par de años, me abrazaban, pelliscaban los cachetes y regalaban cosas de nena de 5 más o menos. Ahora entiendo lo que les pasaba a esas viejas que antes me parecían cloróticas. Ahora comparto el sentimiento, al ver crecer a esas criaturas, que en un momento parecían seres tan frágiles y en estos tiempos tan formidables. Personitas que no te dejaban descansar una sóla tarde; que siempre pedían los acompañes a jugar; que rias, cantes y bailes para ellos. Togloditas que no dejaban pasar 5 minutos sin soltarte un "te quiero".
Ya no es así. Los "te quiero" llegan con menos frecuencia; te tratan como una pasa de uva achicharrada ignorante de la juventud (tengo 16 looco D: ); ya no sos el superman o la wonderwoman que fuiste en sus primeros años. Y al mirarlos revivis esos momentos que compartiste con ellos en la faceta de la vida que parece pasar más rápido que cualquier otra. Y sí, estan grandes.

1 comentario:

  1. Jajajjaa y lamentablemente, nosotras también lo estamos.
    Yo tengo ciertos lapsus a veces, creo que mis viejos no me van a dejar ir a tal o cual lugar por el hecho de ser "chiquita". a veces me da miedo (verguenza?) preguntarles... y cuando me dicen que sí no caigo. Hasta que recuerdo mis 16 años... y sí, crecimos mili.

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