HabÃan sido pocas horas desde que Agustina le habÃa prestado el libro. "La naranja mecánica" de Anthony Burgess reposaba en sus manos, y Milagros lo contemplaba con bastante cariño. HabÃa algo que le gustaba mucho de esa novela a pesar de no haber leido ninguna de sus lÃneas.
Camila, un tanto aburrida de observar el ensimismamiento en que habÃa entrado su amiga, se concentró unos momentos en la portada y dijo:
- Ahora que lo pienso, el ojito de la portada es una cosa mecánica, y yo siempre pensé que era la pestaña.
Con una sonrisa burlona, su amiga respondió:
-¿Y qué otra cosa podrÃa haber sido? Felicidades por la brillante deducción.
- Bueeeno eh, no hace falta la acotación.
Y esta era la portada que miraban, sentadas en una banca del colegio, rodeadas del fresco aire de una nueva primavera.
Las palabras fluÃan con igual rapidez que el viento a su alrededor, una llevó a la otra y asà tuvieron una larga conversación. Pero en un momento de silencio, Milagros -quien suele perderse en el caudal de sus propios pensamientos al extremo de no escuchar a nadie, ni siquiera a la persona que estaba al lado y cuya compañia nunca parecÃa aburrirle- comenzó a reir de una manera tonta, una de esas risas que si la escucharan la mayorÃa de las personas darÃan por sentado que esa chica estaba loca.
Camila, naturalmente, le preguntó qué era gracioso.
- Bueeeeno, siendo sincera, yo tampoco habÃa pensado en lo del ojo -dijo con una troll face.
Con poker face, su amiga respondió:
- Osea que me hiciste sentir una idiota cuando vos tampoco lo habÃas pensado? Milagros!! -exclamó con esa tonada tan suya.
jajajajaja que manera de hacerme reir xD
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