"Sábado. Ese maldito y maravilloso día a la vez. El trabajo de jardinería por esas horas me ayudó a olvidar, a postergar la amargura; que luego volvería, indudablemente.
Ojos rojos e irritados, una desbordante cantidad de lágrimas arrazaban con ellos; respiración entrecortada, muy agitada, pulmones incapaces de retener el aire suficiente; sollozos casi inhumanos, jamás había hecho aquellos gemidos: un estado verdaderamente lamentable. Estado en que me encontraba, martes por la noche, viendo videos y leyendo los comentarios. 'Probablemente habría sido la mejor noche de mi vida, y no pude estar ahí'. Ese pensamiento tan tortuoso atormentaba mi mente mientras me revolcaba en la cama, me paraba, pateaba y golpeaba cualquier cosa. 'No estuve ahí, me lo perdí'. Puteadas iban y venían.'Volvió a brillar, recuperó esa voz que parecía perdida". Bastaba ver los vídeos que incluso con un terrible audio demostraban que su voz fue increíble. Ni una queja, todos contentos, maravillados y anonadados de lo increíble que fue ver a Axl, de lo jodidamente espectacular que fue. Todos convenían en lo mismo: mágico. Mágica la llovizna durante November rain.
Ojos rojos e irritados, una desbordante cantidad de lágrimas arrazaban con ellos; respiración entrecortada, muy agitada, pulmones incapaces de retener el aire suficiente; sollozos casi inhumanos, jamás había hecho aquellos gemidos: un estado verdaderamente lamentable. Estado en que me encontraba, martes por la noche, viendo videos y leyendo los comentarios. 'Probablemente habría sido la mejor noche de mi vida, y no pude estar ahí'. Ese pensamiento tan tortuoso atormentaba mi mente mientras me revolcaba en la cama, me paraba, pateaba y golpeaba cualquier cosa. 'No estuve ahí, me lo perdí'. Puteadas iban y venían.'Volvió a brillar, recuperó esa voz que parecía perdida". Bastaba ver los vídeos que incluso con un terrible audio demostraban que su voz fue increíble. Ni una queja, todos contentos, maravillados y anonadados de lo increíble que fue ver a Axl, de lo jodidamente espectacular que fue. Todos convenían en lo mismo: mágico. Mágica la llovizna durante November rain.
Se lo conté a mucha gente. No sé, esa extraña necesidad de repetirlo una y otra vez, sabiendo que no hace bien y que no cambia nada, es la cosa más estúpida que suelo hacer. Y era tan triste saber que la mayoría no me entendía, pues quien no sabe lo que es tener un ídolo jamás podría comprender, jamás llegaría a tener la más puta idea de lo que sentí, de como se me encojía el corazón, del dolor de cabeza, de la bronca enfermiza. Esos no entendían nada en verdad, "no te pongas así por eso". Y tres cuernos, a la mierda todo. Hasta mis padres me dieron unas palmaditas y se fueron probablemente pensando "esta nos salió fallada" -.-
Gracias a Dios la agonía de ese corto circuito de nervios duró hasta esa noche (aunque a la mañana siguiente también estaba sensible). Después, calma. Calma que sólo supo regalarme el sueño.
Y esa es la historia de porqué el miércoles
tenía ojeras como un panda y los ojos hinchados
tenía ojeras como un panda y los ojos hinchados
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