El 2010 fue un año malo. O no malo, sino aburrido. No pasó nada, absolutamente nada, fue uno de esos años que pasan desapercibidos y de los que nunca te vas a acordar. Así que comparandolos, puedo decir que el 2011 fue un buen año en verdad.
Muchas cosas buenas pasaron y sacando el 8 de octubre no hubo ningún momento fiero. Así que estoy feliz, puedo despedirlo con gran alegría y esperar por el 2012,
a ver si nos morimos todos o la pasamos mejor.
¡FELICIDADES A TODOS!
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