“Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás,
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar”.
Para los que no lo saben, es una estrofa de la canción “Cantares” de Joan Manuel Serrat. Y siempre que la escucho, mi piel se pone a lo gallina y siento cómo un leve temblor atraviesa mi cuerpo de pies a cabeza, y en el sentido contrario también.
La verdad, es que me duele crecer. No porque no quiera hacerlo, es más, creo que todas las etapas de la vida hay que transitarlas y encontrar en ellas verdadera felicidad según corresponda. No es miedo a lo nuevo que me traerá el mañana, sino melancolía por el ayer. Tampoco significa que siempre estoy pensando en el pasado, en realidad, estos ataques de nostalgia se me dan muy de vez en cuando, porque en el vivir diario no me percato del pasar de los días, y que cada uno de ellos va formando una “página” de un “capítulo” de mi libro llamado “vida”.
Los “capítulos” anteriores, los que se van escribiendo sin que lo sepamos, abarcan nuestra infancia, nuestra niñez. Y me es muy difícil desprenderme de ella, porque fue una completamente feliz y por lo tanto, los recuerdos que tengo son brillantes. Así es como, al ver las fotos de álbumes viejos (mamá embarazada, mi hermana abrazándome fuerte, mi papá dándome vueltas en el aire, incluso la típica foto en que nos bañan desnudos y nos avergüenza ver, etc.) son las que me provocan llorar. Sí; lloro, me emociono, revivo momentos que las imágenes retratan para siempre, voy a abrazar a mamá (que también se emociona, de paso), papá me explica por décima vez que es el círculo de la vida, y me pongo a recordar con nazi todas esas travesuras que ya no son más que anécdotas que parecen no van a dejar nunca nuestra memoria.
Y sí, seguimos creciendo. Seguimos “escribiendo” nuestra vida, y muchas veces ignorando el hecho de que un día significa mucho en ella. Por eso, cuando los mayores nos dicen “la vida pasa” es porque PASA, y lo hace bastante rápido. No nos perdamos la oportunidad de ser felices en plenitud, no dejemos que las cosas insignificantes malgasten un precioso segundo, y no nos olvidemos jamás que debemos forjar de cada momento un maravilloso recuerdo.
VIVA LA VIDA!!
Que tierna y linda entrada Mili!
ResponderEliminar"No nos perdamos la oportunidad de ser felices en plenitud, no dejemos que las cosas insignificantes malgasten un precioso segundo, y no nos olvidemos jamás que debemos forjar de cada momento un maravilloso recuerdo"
Me encantó.
Será cuestion de hacer que ese 'pasado' se mezcle un poco con el presente. Algo así como "ser uno mismo y nunca olvidar al niño interior"
ResponderEliminarabrazo mili :)