El tiempo nunca influye en el sentimiento

domingo, 20 de marzo de 2011

Operación P.O.D.A.R


Como se imaginarán al leer el título del texto, el viernes fui a cortarme el pelo, a la que me parece la decimo sexta peluquería que conozco. Y confirmé, una vez más, que no importa al salón que vaya, SIEMPRE ocurre lo mismo. De modo que a continuación, hablaré de un tema tan trivial como es el procedimiento de podar el cabello femenino (a falta de una buena trama en que basar esta entrada)
- Soy muy desaliñada con el pelo, me lo voy a cortar cada muerte de obispo. Pero esas pocas veces que se me ocurre dejarme caer por la peluquería, parece que se proclamó el Día Internacional de Cortarse el Cabello, por consiguiente, debo esperar horas por un turno.
- La primera etapa del procedimiento, es la que más odio; el momento de lavar el pelo. Esa silla incomoda en que te apoyas para tirar la cabeza hacia atrás, y que hasta en el salón más lujoso es una MIERDAAA. Una porquería de verdad, porque te clavas el borde en la nuca y no hay forma de safar, SIEMPRE te vas a ir con la línea roja bien marcada.
- Bien, después de la tortura mencionada, te recogen el cabello con una toalla (que normalmente esta manchada con tintura de ve a saber quién) y se divierten formándote un turbante que nada tiene que envidiarle a uno  hindú.
- Te acomodan en la silla frente al espejo y te ponen la mantita.
- Y comienza la labor para la cual estudió el peluquero: te saca la toalla, empieza a desenmarañar con 12 peines distintos, prosigue a cortar con 6 tijeras de diferentes tamaños, etc.
- Finalmente, llega lo que más parece estar esperando y supera la diversión con el turbante: te mete los dedos por el medio de los pelitos, y comienza a sacudir, como si estuviera saludando a alguien. Rápido, con cada cm2 de tu cuero cabelludo, hasta que pasó tres veces por el mismo lugar y no hay nada más que hacer.
- Toma el secador, seca.
- Te quita la mantita.
- Y por último, te saca los micro-pelines que te quedaron pegados a la cara y cuello. Si tienes suerte, es suavecito y te da cosquillas; si no la tienes, es más duro que la piedra pómez de tu abuela. No importa cuál de los dos te haya tocado, SIEMPRE te va a dejar más pelitos de los que se supone te debe sacar.


And this has been a stupid post

4 comentarios:

  1. jajajaaajajajajajajajajaajajajajjajaaj te dije alguna lo grosa que sos?
    Buenísimo!

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  2. JAJAJAJAJAJAJAJJAJAJA y falto, o por lo menos a mi me pasa de que apenas miro no me gusta como me queda

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  3. Me imaginaba a mi misma mientras leia blda :| Es la misma secuencia que sufro cada vez que voy a la peluqueria (cada muerte de obispo xd)

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