El tiempo nunca influye en el sentimiento

martes, 28 de febrero de 2012

Lo peor es que me la había bajado ayer, AYER

Me maldigo. Me maldigo por todas y cada una de las veces que no escucho lo que dicta la voz de la razón y en la mayoría de las oportunidades, una leve intuición. ¿Acaso es un acto de rebeldía contra mi misma, una conspiración contra mi propio orden? Por las barbas de merlín, porqué ignorar lo que bien dentro mío sé que es mejor, porqué hacer todo lo opuesto. Me siento traicionada, por mí misma, la más molesta de las traiciones. Porque después, ella, la que te dijo qué hacer, te dice en tono burlón "te lo dije" acompañado de una risita sarcástica. Y como uno no puede escapar de su cabeza hasta no encontrar otra cosa con la que entretenerse, el tortuoso monólogo perdura cierto tiempo.
Yo sabía o al menos ella lo sabía. La primera impresión que tuvo fue "no hay que mirarla, a ver si después te saca las ganas de leer el libro". Pero impulsada por la ansiedad y curiosidad que tan bien me caracterizan -y es por esto que no me gustan las sorpresas-, mandé el pensamiento al fondo de todo, y me dispuse a verla. Sí, hoy pasaban la película de 1939 basada en la novéla homónima "Gone with the wind", por telefé. Peliculón, sí. Pero cuando empezaron los créditos -y no me di cuenta hasta varios segundos después- noté en mi cara una "mueca" rara: una de esas que pasan muy a menudo en las películas pero que no recuerdo haberla hecho muchas veces, una de esas que en tu rostro se lee claramente la frase "QUE CARAJO" que se acentúa en tu boca con forma de O y el ceño muy fruncido. Y como pasa cuando uno esta acelerado, 3 pensamientos transcurrían por mi mente simultáneamente. Lo primero que observé, fue mi desilución. Es que, mierda, uno se llega a quejar de los finales "y vivieron felices para siempre" pero cuando no los tiene, se queja de igual forma. El final demasiado feliz te da asco porque le da ese toque totalmente irreal a la vida y uno no puede evitar decir "esto es imposible". Y los finales tristes, mierda, son peores; porque extraño los pajaritos cantando y volando para posarse en las ramas de un árbol justo arriba de los protagonistas felices con sonrisas de oreja a oreja. El balance entre miseria y felicidad es lo que resulta en un buen final. En segundo lugar, mi admiración por esos vestidos. ¡Qué épocas, llenas de tanta grandeza! ¡Pero qué infierno también, asique viva la libertad de estos días! Y por último, más que un pensamiento una plegaria, "Dios, dame fuerza para terminar este libro".

1 comentario:

  1. JAJAJAAJJA creo que acá la culpable más que tu razón o tu corazón (? soy yo xd no te tuve que haber dicho que la iban a pasar JAJA
    Fuerzaa, sólo te quedan novecientas páginas (? vos podés!
    A mí, a pesar de todo, me gustó el final. Es muy realista, y hace ver a Scarlett como una mujer re fuerte! Hubiera quedado genial, si la escritora/director ponía una escena, que se yo, 20 años después donde Retth y ella se volvian a encontrar en Tara enamorados, no?

    Recuerda... Mañana será un nuevo día.

    Amèn!

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